Descripción
Alou, un joven maliense recolector de miel, se dirige hacia las colmenas silvestres de un baobab cuando unos yihadistas armados hasta los dientes lo amenazan y hacen explotar el árbol sagrado. Entre los restos, Alou descubre una estatuilla de madera casi intacta, que representa una mujer embarazada. Animado por su padre, va al país Dogón para mostrársela al sabio del poblado, el Hogón, respetado por todos en su cultura. El anciano reconoce enseguida la Maternidad roja que escondió en el pasado, cuando, antes de ser independiente, el país fue saqueado por los franceses de sus tesoros artísticos. Explica que es una obra del maestro de Tintam, cuya primera Maternidad se encuentra ya en el Louvre.
Para el anciano, en estos tiempos de barbarie, la escultura estará más segura en el Louvre con su hermana, que en Mali. Naturalmente, el Hogón le confía a Alou la imperiosa misión de llevar la Maternidad a París y salvar su patrimonio cultural. Para alcanzar su objetivo, el joven, deberá correr grandes riesgos atravesando desierto y mar junto con otros inmigrantes africanos.
Christian Lax nos lleva de Mali a París, al Louvre, en una historia que plasma con mucha sensibilidad la odisea de los inmigrantes que cruzan dos continentes y un mar, huyendo de la barbarie y la destrucción. Pero esta historia es especial porque su protagonista lo hace para salvar una obra de arte del siglo XIV.
Este volumen plantea en forma de preguntas sutiles, una reflexión sobre del drama de la inmigración, pero también sobre la ambigüedad existente entre la necesidad de preservar el arte en los museos occidentales como una herencia del mundo, y la pérdida cultural que significa esa salvaguarda para otros países. La llegada de Alou al Louvre muestra una inmensa brecha entre el interés de los investigadores que lo reciben hacia la obra de arte que trae y el desinterés hacia su destino o la odisea que ha vivido para llegar hasta allí.
La pasión con la que se narra esta historia es trasladada a cada línea con trazos sueltos y dinámicos, a veces desgarradores, haciendo un uso del blanco y negro magistral, para hacernos llegar con los claroscuros el dolor y miedo de las situaciones de inmigración y supervivencia. Los paisajes de África como espacios inmensos para la contemplación y la furia de las olas del Mediterráneo, están plasmados en la odisea de Alou, resaltando la estatuilla con un rojo tenue que recuerda el motivo del viaje.
Christian Lax recrea una historia con una mirada llena de humanidad hacia sus personajes. Estamos ante poesía dibujada en viñetas, con un vocabulario cercano y tratando a la naturaleza y a la vida humana con la dignidad que se merece.
Esta es un cómic realizado en el marco de la asociación ‘Futuropolis – Ediciones del Museo del Louvre’ y nos permite dirigir nuestros pasos hacia el Pavillon des Sessions, dedicado a las artes primitivas. Este libro forma parte de la colección de Musée du Louvre Éditions.
Reseñas
La misión de Alou: Una maternidad roja (Cómic Vasg)
“Esta es de mis favoritas, es una obra muy hermosa, una historia contemporánea,muy bien contada.
La misión de Alou (Historia y Cómic)
La misión de Alou. Una maternidad roja (Radio Euskadi)
Análisisdel cómic en el programa La Galería de Radio Euskadi emitido el sábado,15 de febrero (1:57:46 -2:04:02). “Una delicia de cómic, de historia y un tirón de orejas con un dibujo espectacular”.
La Misión de Alou. Una Maternidad Roja, de Christian Lax (Crónicas Literarias)
Lo que es querer leer un cómic sólo por su portada… Ponent Mon va sacando títulos y títulos a cual más interesante. De los que sabes que caerás en más de uno como buen amante del cómic europeo. La Misión de Alou (Una Maternidad Roja) me atrajo por portada, titulo y argumento. En ese orden. Aunque es cierto que de ese modo lo fui descubriendo. Y una maravilla de disfrute visual con cada página, oye. Christian Lax es un virtuoso. Además de relatar el viaje de los emigrantes desde un ángulo inusual, nos ofrece enriquecer nuestra visión de los dramas experimentados por sus personajes, así como un precioso mensaje de humanidad.
La misión de Alou: la maternidad roja de Christian Lax. De viajes y dimensiones artísticas y humanas (La soga)
La faceta más interesante de La misión de Alou no es la misión en sí misma, sino la trascendencia de la misma sobre la vida de nuestro protagonista, convertido en un ejemplo de los muchos africanos que deben cruzar su continente y arriesgar su vida en el Mediterráneo para llegar a una vida mejor o, simplemente, para poder sobrevivir. La excusa para realizar La misión de Alou es el Pabellón de las Sesiones del Louvre, el Departamento de Artes Primeras. Se dedica a obras de culturas no europeas y podría haber servido para contarnos una heroica historia del pasado, ambientada en lugares exóticos. En cambio, se convirtió en el vehículo de una historia actual, en una manera de denunciar la situación de los africanos que tratan de esquivar de las guerras de sus países. En el fondo, La misión de Alou podría hablar del viaje de un héroe que no quiere serlo y que solamente cumple con su obligación. Pero es mucho más, porque se adentra en los conflictos actuales, nos convierte en refugiados y nos hace recorrer kilómetros por Mali y Argelia, cruzar el Mediterráneo, hasta que acabamos perdidos en la Europa de los desposeídos. Al final, lo de menos es el Louvre. Todo se reduce a Alou, la persona.
La misión de Alou. Una maternidad roja (Zona Negativa)
Christian Lax nos entrega una obra que denuncia una terrible paradoja. A pesar de la erradicación de colonialismo, en la actualidad las obras de arte africanas están más seguras en las antiguas metrópolis imperialistas que en sus tierras de origen. La degradación de las condiciones de vida de los países africanos y los ataques externos propician este nuevo expolio cultural que amenaza con privar a varias generaciones de africanos de su legado artístico más significativo.
La misión de Alou. Una maternidad roja. Arte e inmigración (Fancueva)
Una maternidad roja’, un álbum que juega a maridar dos frentes muy diferentes, el del arte y la tragedia de los que se ven obligados a abandonar la tierra que les vio nacer en busca de las oportunidades que pueda ofrecer el primer mundo, y que al plantearse así, entronca de forma directa con esa misma ambivalencia discursiva que podíamos hallar, si bien planteada en términos completamente diferentes, en el acongojante viaje emocional que era el grueso volumen publicado por Dibbuks. Y si aquél jugaba con ventaja por su considerable extensión, resulta encomiable que Lax, en menos de la mitad de espacio, plantee sensaciones similares con el relato de Alou, un maliense, encomendado con la tarea de llevar una estatuilla de su cultura hasta el Louvre para que sea expuesta allí, tendrá que hacer frente a mil y una peripecias que pondrán en riesgo su vida para intentar llegar a París.
La Misión de Alou. Una Maternidad Roja: Huida de la Barbarie (Heraldos de Galactus)
Christian Lax (“Un Tal Cervantes”, “L’Écureuil du Vel’d’Hiv” o “Le Choucas”, conocida en España como “El Cuervo”) nos brinda en este álbum un relato tan soberbiamente bello en lo plástico como desgarrador por lo que cuenta: Las vivencias de los que tienen que dejarlo todo para únicamente sobrevivir; el camino hasta llegar a ese destino donde, quizá su vida esté a salvo, pero tendrán que convivir con la intolerancia del que mira distinto al diferente. También la entereza de un héroe: Alou, que lo arriesga todo por salvaguardar la estatua para la posteridad. Cabe destacar además que el guion no cae en maniqueísmos: Lax también presenta en París otros personajes con otros enfoques vitales, que enriquecen el resultado final dotando de mayor verosimilitud al conjunto. El arte que derrocha Lax merece capítulo aparte. Con una capacidad de síntesis brillante, Lax capta a la perfección los ambientes y contextos por los que se mueve Alou a lo largo de la obra. Trazo elegante y un uso excelente de tintas y aguadas hacen del dibujo de Lax una delicia. Si a ello le sumamos una paleta de colores donde predominan los ocres, grises y tonos apagados – con la excepción de las representaciones de las estatuas, que brillan y destacan con sus tonos anaranjados o rojizos – , el resultado es sobresaliente. Sin ningún atisbo de duda, en “La Misión de Alou”, el color se erige como uno de los elementos primordiales y emocionales del relato.